Acto sexual femenino. El éxito de la realización del acto sexual femenino depende tanto de la estimulación psicológica como de la estimulación sexual local.
Los pensamientos eróticos pueden provocar el deseo sexual en la mujer; esto ayuda notablemente a la realización del acto sexual femenino. Este deseo depende mucho de su educación, así como de su impulso fisiológico, aunque el deseo sexual aumenta en proporción al nivel de secreción de hormonas sexuales. El deseo también varía según el ciclo sexual y alcanza un máximo en la proximidad del tiempo de ovulación, probablemente debido al alto nivel de secreción de estrógenos durante el período ovulatorio.
La estimulación sexual local de la mujer es más o menos igual a la del hombre, pues el masaje y otros tipos de estimulación de la vulva, la vagina y ciertas regiones del periné crean sensaciones sexuales. El glande del clítoris es especialmente sensible para iniciar estas sensaciones.